Desde que tengo uso de memoria, he estado en contacto con una escuela, ya que mis padres fueron maestros normalistas de profesión, por lo que los temas educativos y todo lo relacionado con un centro escolar eran parte de mi vida diaria. Sin embargo, al ir creciendo y conforme la era informática se apoderó de nuestras vidas, ingresé al ITD a la carrera de Licenciado en Informática, mas por moda que por convencimiento, sin embargo, mi gran pasión era estudiar música, por lo que al ocurrir lo lógico que fue que no me adapté a la carrera que estaba cursando, investigué que opciones tenía para estudiar lo que verdaderamente era mi vocación, la música. Así que después de esto, ingresé a la Escuela Superior de Música de la UJED, donde se ofrece la carrera de Profesor en Educación Musical, así que me sentí aún más identificado porque volví a mis raíces, la docencia que con tanta pasión habían practicado mis padres. Y así transcurrieron mis estudios, donde tuve la oportunidad de cursar la materia de pedagogía durante todos los semestres de la carrera y lo más importante, tuve mis primeros contactos con un grupo de clase por medio de las prácticas escolares que realizamos en Preescolar, Primaria y Secundaria. Al egresar como todos, a buscar trabajo dentro del nivel básico de educación, y por azares del destino llegó a mí la noticia de que en el COBAED 17 del Mezquital, estaban solicitando un maestro de música, así que me informé y sin pensarlo comencé a trabajar, haciéndolo durante un año con honorarios, el director me pagaba con lo que sacaba de la cooperativa escolar, pero yo estaba feliz, estaba trabajando en lo que había estudiado, aunque no había practicado en nivel medio superior tuve que acoplarme y sacar adelante las necesidades del plantel. Y así desde hace ocho años estamos trabajando en el mismo lugar, aunque ahora por crecimiento del plantel y por necesidades personales, he tenido que actualizarme en temas docentes ya que actualmente estoy por terminar la Normal Superior en la especialidad de Formación Cívica y Ética, lo que me ha permitido impartir otras clases aparte de la paraescolar de música. El ser profesor es una vocación que traemos inherente los que verdaderamente la sentimos, por lo que mi sentir únicamente es de agradecimiento y de satisfacción por hacer lo que verdaderamente me gusta, y bueno el estar en el nivel medio superior es un gran reto y un mayor compromiso, porque somos guías de los ciudadanos del mañana y su futuro en gran parte depende de la asesoría que de nosotros reciban. Para mí una de las satisfacciones más grandes que he recibido en esta profesión es la de poder estar en contacto con alumnos indígenas, el poder conocer su forma de vida, sus tradiciones, sus necesidades, y sus condiciones de hábitat tan difíciles, me ha sensibilizado profundamente, ya que son todo un ejemplo de superación, de respeto y de ganas de ser alguien y salir adelante, creo que este tipo de experiencia no la cambio por nada. Y pues como en todas las cosas de la vida, algo en lo que no estoy de acuerdo y nunca lo estaré es como en ocasiones anteponemos nuestros intereses personales por encima de los de nuestros alumnos, y es algo que verdaderamente me indigna y no me resulta comprensible, por eso repito, el ser docente no es fácil, hay que aprender a amar la profesión y no solo los frutos económicos que de ella podemos obtener, gracias.
jueves, 26 de mayo de 2011
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HOLA JUAN LUIS:
ResponderEliminarEs un gusto como siempre saludarte, te comento que tu blog me sirvió de inspiración para crear el mío, además está muy bien elaborado y de verdad, es un gusto darme cuenta de que aun existen docentes que comienzan a laborar por amor a la profesión independientemente de la recompensa económica, muy bien por ello.
Sandra Ponce.